¿Por qué vino de influencia?
Variables Estratégicas
En nuestra identidad de marca se ven reflejadas cinco variables estratégicas: historia, tierra, clima, tradición y tecnología y variedades. Una simbiosis perfecta que entre ellas ha dado vida a variedades de uva autóctonas que generan una notable influencia en la creación de un vino singular, nuestro “Vino de influencia”
Tierra de Viñedos
Enmarcada entre los valles de los emblemáticos ríos Júcar y Cabriel; este característico territorio entre ríos es una de las claves que definen al vino de la DO Manchuela.
Geomorfología perfecta para la producción de vinos
Desde el punto de vista de la geomorfología, destacan las numerosas y peculiares formaciones sedimentarias y erosivas en relación con la geología de ambos ríos.Son muy características las singulares hoces que han excavado sobre la plataforma sedimentaria a lo largo del tiempo.
Nuestros viñedos se encuentran entre 600 y 1100 metros de altura sobre el nivel del mar, con suelos arcillosos con base calcárea y escasas precipitaciones.
Todas estas condiciones son perfectas para que nuestra uva emblema, la Bobal, triunfe y ofrezca sus racimos repletos de granos, muy jugosos, con hollejo grueso y repletos de saludables taninos.
Nuestro territorio abarca un total de 70 términos municipales, que pertenecen a las provincias de Albacete y Cuenca, en la idílica comarca natural de La Manchuela.
La Manchuela es una comarca manchega que se ubica entre la llanura de La Mancha y la Serranía de Cuenca.
En la actualidad, nuestra superficie de cultivo se extiende a mas de 72.000 hectáreas, de las que aproximadamente la mitad corresponden a cada una de las provincias de Albacete y Cuenca.
Son 1.500 los viticultores que desarrollan sus labores en esta tierra, aunando su gran saber hacer con tecnología avanzada, lo que otorga un resultado sin igual en forma de vino singular.
Por este motivo, la comarca de La Manchuela es en ocasiones referenciada como “la Mesopotamia manchega”, en alusión a la histórica tierra bañada por los ríos Tigris y Éufrates.
Hay que recordar que la palabra Mesopotamia posee un característico significado, que no es otro que “tierra entre dos ríos”. En un lugar como este solo puede haber magia.
Clima idóneo para evolución de la uva de variedades tintas
Unas condiciones climáticas particulares aportan a la uva una evolución extraordinaria.
Largas horas de sol, escasez de humedad y una singular fusión continental y mediterránea favorecen el carácter ecológico del vino gracias a nuestro viento solano, que refresca las noches de verano.
La peculiaridad de las noches estivales es decisiva, ya que los vientos frescos y húmedos que proceden del Mediterráneo generan un influjo único.
El viento solano provoca que el diferencial térmico durante el período de maduración de la uva sea bastante elevado.
Esta circunstancia favorece la formación de polifenoles (taninos y antocianos), convirtiendo a este territorio en una zona vitivinícola especial para el cultivo de las variedades tintas.
Las plantas se benefician, de forma adicional, de una perfecta insolación y ausencia de lluvias entre los meses clave, es decir, de mayo a septiembre.
Otro aspecto a tener en cuenta es la altitud de los viñedos, que está comprendida entre los 600 y 1000 metros sobre el nivel del mar.
Esto favorece el carácter ecológico natural de gran parte del producto elaborado en la zona, aspecto muy valorado en la actualidad por los nuevos consumidores de vino.
Tradición y Tecnología caracterizan la calidad de nuestro vino
Todo el encanto y el saber hacer de la tradición de cientos de años se combina a la perfección con avanzadas técnicas de elaboración y control de calidad de nuestro singular vino.
Los tradicionales métodos de cultivo de las bodegas pertenecientes a la Denominación de Origen Manchuela, con unas moderadas producciones, originan el escenario ideal para garantizar una incisiva personalidad y calidad de nuestro vino.
Son numerosos los certámenes nacionales, pero sobre todo internacionales, los que reconocen de manera constante el excelente fruto en forma de vino elaborado en el territorio de la Denominación de Origen Manchuela.
De igual manera, son muy notables las calificaciones que los más prestigiosos profesionales del mundo vinícola otorga año a año a nuestras bodegas.
Esta simbiosis entre tradición y tecnología, unida a nuestra historia, nuestra tierra, nuestro clima y, por supuesto, nuestras variedades autóctonas, cierran el círculo para alcanzar una calidad extrema en un vino que no deja indiferente.
Historia
En este espacio privilegiado del sureste español, diversas civilizaciones han marcado la personalidad del lugar con acontecimientos y vivencias donde la cultura del vino ha creado un preciado patrimonio desde hace más de 2.400 años.
Este valioso activo se ha transmitido de generación en generación, creando un arraigo ancestral en una tierra que influye directamente en un excelso vino.
Desde la tradicional cueva doméstica o jaraiz, primitivo lagar, hasta hoy ha habido una sutil simbiosis entre la tradición y la tecnología.
Nuestro vino de influencia se elabora con avanzadas técnicas de elaboración y control de calidad, sin perder la esencia del saber hacer de una tradición milenaria.
La comarca de La Manchuela fue un territorio poblado por pueblos íberos. Fue con la conquista de Roma cuando la comarca desarrolla un gran crecimiento.
Buen testigo de ello es que en casi todos sus pueblos podemos encontrar restos de esta época, como por ejemplo las termas en Fuentealbilla (Albacete).
Aunque el mayor centro romano de La Manchuela lo encontramos en Alarcón (Valeria).
Con la llegada de los musulmanes, la comarca de la Manchuela alcanza su máximo esplendor cultural con puntos tan importantes como Alcalá del Júcar o Jorquera, entre otros.
Como vemos, son muchas las raíces de esta antigua comarca que ha sido a lo largo de los siglos hábitat de diferentes pueblos y testigo privilegiado de luchas, conquistas y reconquistas.
Todos estos acontecimientos han creado un carácter y una cultura diferenciadora, expresada en los diferentes restos y monumentos ubicados en las tierras y pueblos de la comarca.
En definitiva, una tierra de enorme riqueza paisajística y monumental, con pueblos que en gran medida se corresponden con una fisonomía típica de Castilla-La Mancha, con conjuntos de casas agrupadas en torno a la plaza y a la iglesia del pueblo.